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Por: Daniela Gisbert - Fecha: 12/12/2019
Según las últimas estadísticas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en lo que va de año 2019 en el Mediterráneo han muerto mas de 1.136 personas intentando llegar a Europa, una cifra que representa más del 30% de los migrantes que fallecen en todo el mundo. La ruta más letal, es el Canal de Sicilia. En él han fallecido 740 personas que, desde Libia y Túnez, intentan alcanzar las costas italianas.
Las fuerzas armadas transalpinas, no han cesado en ningún momento sus actividades de rescates en alta mar.
Ironías de la vida, a Italia le está tocando resolver el problema de Libia, que fue su colonia hasta el final de la Segunda Guerra Mundial y proveedora de energía desde el gobierno de Gaddafi. Pero la caída y posterior asesinato de éste en 2011 ha dejado sumido el país en una guerra civil que está arrastrando a muchos ciudadanos a emigrar.
“Se estima que las mujeres y las niñas conforman la mitad de la población refugiada del mundo”, explica Josefina Martorell, Directora de Médicos Sin Fronteras para América del Sur. “Al igual que cualquier mujer, tienen necesidades en salud específicas, pero además al haber tenido que desplazarse, enfrentan más riesgos: más posibilidades de tener complicaciones en sus embarazos, más tensión sobre su salud mental”.
Médicos Sin Fronteras interviene en cuatro áreas clave para la salud de mujeres y niñas forzadas a abandonar sus lugares de origen: atención ginecológica y obstétrica, planificación familiar y anticoncepción, atención integral ante violencia sexual y asistencia psicológica.
“Nuestros equipos brindan atención médica directa, y también conocimientos para que mujeres y niñas puedan tomar decisiones sobre su salud: los equipos de MSF están presentes a lo largo de los trayectos y en los nuevos destinos donde se asientan. Buscamos proporcionarles acceso a una atención médica y en salud mental de calidad, gratuita y adaptada a sus necesidades”, comenta Martorell. “Poder acceder a estos servicios contribuye a aliviar su sufrimiento y reducir los riesgos de salud a los que se enfrentan, para que puedan seguir adelante con sus vidas”.
Según datos del ACNUR, 10.875 personas llegaron a Italia entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2019. En los primeros once meses de 2018, arribaron alrededor de 23 mil migrantes.
Entre los países de origen en los últimos 12 meses (datos actualizados al 31 de octubre), las personas provenían principalmente de Túnez (casi tres mil personas, el 23% del total) seguido de Pakistán (1.3 mil personas, 10%), Argelia, Costa d 'Marfil e Iraq.
En cuanto al género y la edad de las personas desembarcadas, el 72% son hombres, las mujeres son el 10%, los niños el 18%, en su mayoría menores no acompañados.