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Por: Marcos Lopez Beltritti - Fecha: 01/02/2020
Ciudades como Roma, Florencia o Agrigento, la Piazza del Duomo de Pisa o el Monte Etna son sólo algunos del más de medio centenar de sitios italianos declarados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pero Italia también cuenta con costumbres que ese organismo internacional considera como dignos de protección.
Esa agencia de las Naciones Unidas cuenta con tres listas: la del Patrimonio Cultural (Verona o Nápoles están inscriptas en ella), la del Patrimonio Natural (por ejemplo, el Monte San Giorgio o las Islas Eólias) y la del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Se trata de costumbres o tradiciones que se destacan para ser preservadas.
Todos los años, la UNESCO realiza una reunión anual, en la que se consideran las posibles incorporaciones a estos listados. Y este año, Italia sumó tres nuevos elementos como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, con lo que ya tiene doce tradiciones reconocidas por la comunidad internacional. Ya estaban allí el arte de los ‘pizzaioli’ napolitanos o la fabricación artesanal de violines en Cremona.
Una de las que se incorporó es el alpinismo. Caracterizado como un “deporte tradicional”, según la UNESCO “exige la posesión de conocimientos medioambientales sobre el entorno natural”. Ademas, destacan el espíritu de equipo, que “implica la adopción de principios éticos” que incuyen “no dejar huellas tras de sí y el deber de prestar socorro”.
El alpinismo tuvo un gran crecimiento en el Siglo XX y es compartido por Italia, Francia y Suiza. Se destaca por la asociación de sus practicantes en clubes, que se asocian entre sí, coordinan actividades y generan acciones conjuntas.
Por su parte, la transhumancia, compartida por Austria, Italia y Grecia, es una forma muy particular de pastoreo de ganado, que consiste en el desplazamiento estacional de los animales por rutas migratorias ya establecidas. En primavera y en verano, grandes rebaños de ovejas, cabras y vacas son trasladados por los pastores, que se desplazan muchas veces en familia. Estos movimientos pueden ser horizontales, en las llanuras y mesetas, o verticales, en las zonas montañosas.
Para la UNESCO, “los pastores de rebaños trashumantes poseen profundos conocimientos sobre el medio ambiente” por lo que es una de las técnicas de cría de ganado “más sostenibles y eficaces”. Además, los conocimientos se transmiten de generación en generación, lo que hace más eficaz su conservación.
Desde 1294, por una bula papal de Celestino V, los habitantes de L’Aquila celebran el Perdón Celestiniano, una serie de rituales y tradiciones vinculadas a expiar los pecados. Desde toda la región de los Abruzzos y otras partes de Italia, los católicos peregrinan a la Catedral de la ciudad.
En total, 23 pueblos se ven involucrados, donde se prenden hogueras, que culminan hacia fines de agosto en L’Aquila, donde se realiza un desfile de mil ciudadanos vestidos con ropas tradicionales. “Ese gran cortejo acompaña a la Dama de la Bula, el Joven Señor y la Dama de la Cruz, tres personajes emblemáticos de la celebración que simbolizan respectivamente los valores tradicionales de la festividad: la hospitalidad, la solidaridad y la paz”, explica la UNESCO.
De esta forma, Italia sigue transmitiendo y conservando sus tradiciones, las cuales son reconocidas en todo el mundo y preservadas por su valor cultural, religioso, histórico y artístico.