Turismo
Por: Juan Pablo Bonino - Fecha: 18/11/2019
Viajar nos permite volver a encontrarnos con nuestra identidad a través de paisajes y sabores que llevamos dentro.
Después de las grandes urbes como Roma, Milán, Nápoles o Turín, hay pequeños pueblos que esperan con sus secretos para ser descubiertos. A continuación, te contamos cuáles son esos lugares que te permiten reencontrarte con los aromas de tus abuelos que te dejaron una impronta.
Este pequeño pueblo de 8000 habitantes es Patrimonio de la HUMANIDAD según la consideración de la UNESCO. Cuenta con una historia antigua: sus pobladores en el siglo XIV construyeron 72 torres para que pudiera verse desde lejos, como una anticipación de los rascacielos que vinieron después. Hoy en día solo se conservan 13, lo que permite imaginarse cómo era el lugar. Además, como si fuera una representación de la memoria, desde 2010 comenzó una iniciativa llamada San Gimignano 1300, cuya idea es mostrar la historia de la ciudad a través de exposiciones y recreaciones de la etapa medieval del año 1300. Para ello, cuenta con un equipo de artistas, pintores, arquitectos y diseñadores que a través de maquetas y representaciones multimedia nos acercan a la vida de la ciudad en su época más esplendorosa.
En el norte de Italia, sobre el mar Liguria, está esta joya imperdible, como si fuera un balcón escarpado sobre la costa. Perderse en sus callecitas, recorrerlas abre la posibilidad de volver a sentir el aroma de esa focaccia con aceite de oliva, formaggio y romero y abrirse a recordar la propia historia familiar. Se puede llegar por tren en la ruta Pisa-Génova. También existen enlaces por mar en barcas desde La Spezia, Porto Venere y Portofino. Su orografía que desciende hacia el mar con una fuerte pendiente ha propiciado el aislamiento de la zona hasta la década de los 60 cuando el desarrollo del turismo devolvió a la zona un poco de bienestar. Pero ese aislamiento es también lo que le ha permitido mantener su encanto, sus costumbres y su gastronomía basada en el pescado y en el tomillo.
En la costa amalfitana, Positano es una aldea a 40 kilómetros de Nápoles, que incluye como sus highlights la playa grande y la del Fornillo. Esta última es maravillosa por encontrarse entre dos rocas que protegen la playa desde las alturas brindándole una iluminación particularmente íntima. Por otra parte, en la bahía de la Conca dei Marini se encuentra la Gruta de la Esmeralda. El espectáculo de colores que se produce en ella es inolvidable porque dependiendo del ángulo con el que el sol ilumine las aguas del interior de la cueva, estas cambian de color pasando de un azul oscuro, a un turquesa y luego a un brillante esmeralda.
Está situado entre las montañas de Nebrodi y Madonie, en el corazón de la Sicilia central, a 47 kilómetros de Enna. Sperlinga etimológicamente deriva de la lengua griega y significa "den" de la cueva. Existe una fiesta patronal que se caracteriza porque tiene lugar en la explanada de la roca del castillo evocador de Sperlinga, considerado entre los mejores de su tipo en Europa. El festival de Tortoni nació en 1982, durante el séptimo centenario de la Vísperas sicilianas. Esencialmente se caracteriza por la elaboración de una torta casera hecha con ingredientes simples: harina y se amasa con levadura, aceite de oliva y azúcar espolvoreado en los paneles.