Turismo
Por: Juan Pablo Bonino - Fecha: 07/12/2019
El monte Etna ofrece un paisaje lunar color carbón que se extiende en cráteres que se elevan y la sensación es la de encontrarse verdaderamente en otro planeta. Ubicado en la costa este de Sicilia, con 3.323 metros de altura, es el volcán activo de mayor altitud en Europa. Su permanente actividad, así como su belleza y su significado cultural, fueron suficientes para que sea considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Dentro del área de 1190 kilómetros cuadrados que componen el monte, los dos cráteres de mayor relevancia son el Bocca Nuova y el Voragine. Aunque a menudo erupcionan y desprenden ríos de lava, el Etna no se considera peligroso para los pueblos que se ubican en sus laderas. Además, los pobladores generalmente aprovechan las nutritivas lluvias de ceniza que riegan los campos aledaños para cultivar olivos.
Ahora bien, hay diferentes formas de llegar al Etna: está a una hora de Catania desde el sur y de Taormina desde el norte. El punto de partida más recomendable es el Refugio de la Sapienza, en la ladera sur, desde donde parte un funicular. Por este medio, se asciende desde los 1900 hasta los 2500 metros de altura. Cuesta treinta euros y realmente es un mirador increíble para disfrutar del paisaje. En este punto se puede subir hasta el Refugio Torre del Filósofo que está a 2929 metros de altura, pero es recomendable realizarlo a pie ya que no es empinado y se pueden observar los restos de las últimas erupciones.
Sin embargo, también hay otras posibilidades de ascenso a pie menos turísticas e igual de majestuosas, aunque debido a las últimas erupciones, los senderos están un poco dañados. Algunas opciones alternativas son la ruta del bosque Galvarina, que asciende por el oeste de la montaña, o por el norte, desde el Piano Provenzale se puede subir a través del Monte Spagnolo.
Para aquellos que deseen experimentar el ascenso a pie deben tener en cuenta que es fundamental llevar ropa liviana y abrigada ya que en las cimas las temperaturas descienden notablemente. Las pendientes son pronunciadas y entre las piedras y la arena de lava las botas se hunden hasta los tobillos. También recomendamos, para aquellos curiosos, la excursión para descubrir el interior del Etna. Con cascos y linternas, debido a la oscuridad plomiza del lugar, podrás descubrir cómo se crean las cuevas cada vez que hay una erupción.
Finalmente, desde el Refugio Torre del Filósofo, recomendamos contratar un guía para ascender al cráter principal del Etna, el Bocca Nuova. En este lugar mágico se siente cómo desde las entrañas de la tierra salen gases de azufre. El paisaje recuerda a las películas de ciencia ficción, es como un desierto lunar con tonos que van de un amarillo suave pasando a una opacidad ocre. A medida que la cercanía al cráter es mayor se percibe el calor de la lava y se puede descubrir qué hay dentro de la tierra.